Los ecosistemas de finanzas abiertas aún se encuentran en sus etapas iniciales en América Latina y el Caribe. Solo cinco países de la región —Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y México— tienen regulaciones o las están implementando, según un estudio presentado en la cuarta Reunión de la Red FintechLAC en Washington D.C.
Un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Financial Data and Technology Association (FDATA), la industria de servicios financieros y las autoridades deberían mejorar la regulación y desarrollar la capacidad institucional para recoger los beneficios de las finanzas abiertas (Open Finance).
Asimismo, pueden contribuir a aumentar la inclusión financiera en América Latina y el Caribe, mediante el uso consentido de los datos financieros de los consumidores para ofrecer productos y servicios financieros específicos, puntualiza el organismo multilateral en un comunicado.
Finanzas abiertas se refiere al ecosistema de servicios financieros en el que los consumidores financieros dan su consentimiento consciente para que sus datos transaccionales se compartan entre las instituciones financieras y les permita ofrecer servicios y productos financieros a medida.
Según la base de datos Global Findex 2021 del Banco Mundial, el 27 por ciento de los adultos en América Latina y el Caribe no tiene acceso a servicios financieros, y la proporción de adultos que solicitan préstamos de una institución financiera alcanzó el 30 por ciento, por debajo del promedio de los países miembros de la OCDE.
Además, según la Corporación Financiera Internacional, la brecha de financiamiento para las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (mipymes) alcanza el 35 por ciento del Producto Interno Bruto regional. En este contexto, las finanzas abiertas ayudarían a avanzar en la inclusión financiera al reducir las barreras de entrada para los consumidores y promover una mayor comodidad y accesibilidad a productos y servicios personalizados, incluidos pagos digitales, crédito, inversión y seguros.
El estudio muestra que cuatro de cada cinco y supervisores expresaron interés en tener marcos regulatorios estructurados para finanzas abiertas en sus respectivas jurisdicciones. Además, tres de cada cinco de estas autoridades mostraron interés en la estandarización técnica para Proveedores de Terceros (TPP) y en Interfaces de Programación de Aplicaciones (API), entre otras tecnologías para implementar finanzas abiertas.
Sostiene que mejorar la capacidad institucional es fundamental para avanzar en los marcos de finanzas abiertas. Esto se puede hacer mediante la creación de un marco regulatorio e institucional, la formación de talento humano y el aumento de la capacidad tecnológica. También son esenciales una estrecha coordinación y diálogo entre los sectores público y privado, la comunicación transparente entre los actores involucrados y la educación financiera.
"La implementación de un ecosistema de finanzas abiertas es compleja y requiere regulaciones y reglas para operar en beneficio de los consumidores financieros", dijo Susana Cordeiro Guerra, gerente del Sector de Instituciones para el Desarrollo del BID.
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