Estas habilidades resultan competencias que se nutren de la propia cultura organizacional. Es por ello que las organizaciones juegan un rol muy importante en cuanto a la identificación, la evaluación y el desarrollo pleno de todos aquellos atributos personales que distinguen a cada uno de los profesionales.
Las habilidades del talento, específicamente las power skills, representan un tesoro que hay que cuidar profundamente, pues, alineadas a los valores y propósitos de las empresas, nos permitirán el apalancamiento y apuntalamiento como organización.
A decir de Gema Moreno Vega, Socia Líder de Talento y Ética en Deloitte Spanish Latin America, estas power skills ayudan a cuidar el valor y la reputación de las marcas; y contribuirán a mantener la confianza del talento, de los clientes y de todas las personas interesadas en las organizaciones.
En entrevista publicada en la página web de la consultora, la especialista señala que combinar las habilidades técnicas con las power skills, teniendo claridad de cómo ponerlas al servicio de la organización, y alineadas a los valores y principios de la misma, es lo que ayudará a que el talento y los líderes transiten hacia el éxito y hacia la sostenibilidad de los negocios.
“Los líderes deben ser, en suma, flexibles y proactivos para responder a las nuevas necesidades del entorno actual. Ya no pueden permanecer estáticos: tienen que responder dinámicamente a las nuevas demandas en el ámbito de negocios. Y si esto lo hacen apoyados en los propósitos y valores de sus organizaciones, todo será más fácil, pues tendrán una guía sólida para tomar acciones y decisiones certeras acerca del futuro”, abunda.
Y es que, actualmente, ya no basta con que los colaboradores tengan y desarrollen habilidades técnicas (hard skills) y blandas (soft skills), sino que también resulta necesario ligar ambas cualidades a los propósitos y valores que guían a las organizaciones.
Esta evolución ha dado lugar a las power skills, “las cuales se relacionan con el hacer, sumado al ser individual, conformando una perspectiva más completa e integral” de lo que se quiere lograr como parte de un equipo o de una organización.
Si bien las soft skills son habilidades personales aplicadas en un entorno laboral (como saber comunicar, trabajar en equipo o la capacidad de aprendizaje, por mencionar algunas), las power skills representan habilidades que ―inscritas en un contexto de mayores desafíos y en el que cobra mayor relevancia el ser y el sentir de los(as) líderes y los colaboradores― responden y están claramente alineadas a los propósitos y valores de las empresas.
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