Entrevista con Rossani Ocando, Senior Manager en EY, Centroamérica y el Caribe para las líneas de People Consulting, Business Transformation & Financial Services: “Las empresas en la región han entendido que hay que darle prioridad a la gente y que, tener una conexión sólida con la fuerza laboral, es un elemento de resiliencia para trascender cualquier crisis”.
- Consultada sobre el balance en inversión de talento a mitad del año, Ocando Montilla indica que luego de la pandemia, las organizaciones han abordado iniciativas con la visión de ser más resistente resilientes y sobre todo, dar mucho enfoque al propósito de retener al colaborador y enamorarlo; entregarle una experiencia de valor y alinear el propósito para que continúe trabajando con nosotros.
- De formación ingeniera, con experiencia en finanzas, y 20 años de carrera en consultoría, Rossani Ocando cuenta que, como especialista en Business Transformation, se convenció de que el verdadero factor de éxito de los proyectos en los que ha participado es el humano.
- “En aquellos proyectos donde no tenemos un equipo comprometido, donde la visión no está clara, donde la gente no se siente parte ni motivada con las cosas que hacía, esos proyectos estaban más propensos a fracasar. Ahí conecté con el tema del elemento humano en las organizaciones y ahí mi carrera dio un giro para abocarme en esta dimensión”, comparte con RRHH Digital México y Centroamérica.
- En este sentido, recalca que en la región actualmente se habla de grandes presupuestos para transformaciones tecnológicas o cambios operativos, pero encontramos áreas de Recursos Humanos debilitadas, dejadas en segundo lugar.
- “Eso para mí es un error. Habilitar la función de RRHH como elemento estratégico de la organización hace la diferencia y puede garantizar que la empresa dé un salto en cuanto a su ejecución, al tener un colaborador que realmente lo represente y lo defienda en cualquier situación”, puntualiza.
Entre otros temas de coyuntura regional, en la siguiente conversación, esta experta analista considera que, para reducir la jornada laboral en América Latina, todavía existe una brecha, toda vez que hay países sin establecer semanas de 40 horas de trabajo. “Estos cambios deberían ser más acelerados, debemos ver un cambio más significativo porque la gente no está para esperar. Yo hablaría de cuáles son los habilitadores para que esto realmente ocurra”.
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