Hemos crecido escuchando a otros decir que podemos ser todo aquello que queramos ser; sin embargo, esa “búsqueda” probablemente genere cierta frustración.

Ciertamente, hay personas que pueden obtener desempeños arriba del promedio en diversas áreas, pero intentar ser excelentes en todos los ámbitos suele impedir alcanzar el alto nivel de desempeño que tanto se desea. Se trata de convertirnos en la mejor versión de quienes ya somos.

Es muy difícil ser un líder positivo si no somos conscientes de nuestras propias fortalezas y las de nuestro equipo de trabajo. Esta “miopía” puede generar empleados poco comprometidos, así como clientes insatisfechos.

Los líderes más influyentes invierten en las fortalezas y habilidades de sus colaboradores. Investigaciones señalan que cuando un líder se centra en las fortalezas, las probabilidades que estos se sientan comprometidos aumentan hasta en un 73 por ciento. Se estima, además, que solamente el 20 por ciento de las personas aplican lo que saben hacer mejor en sus trabajos.

El enfoque en fortalezas puede, sin lugar a duda, mejorar la relación entre líder y colaboradores. Ahora bien, ¿cómo hacer para identificar fortalezas en ellos? Aquí algunas ideas:

1. Observa sus intereses y pasiones: aquellas inclinaciones naturales que tienen hacia ciertas actividades; esos patrones de pensamiento, sentimiento y comportamiento que les vienen con frecuencia. ¿Cuáles son aquellas actividades o proyectos para los que piden ser voluntarios? ¿Cuáles son aquellas actividades o proyectos a los que suelen dedicar más tiempo aún si no se les exige que lo hagan?
2. Pon atención a aquello que suelen hacer mejor que el común denominador de la gente y/o aquello que aprenden con una rapidez mayor a la de la persona promedio.
3. Analiza sus experiencias pasadas, ya que estas suelen ayudar a sentar las bases para un mejor desempeño en las siguientes. ¿Qué actividades o responsabilidades asumieron en sus anteriores trabajos o en anteriores puestos?
4. Ten una conversación directa y una escucha activa con la gente para conocer y entender de primera mano sus propias opiniones.

La combinación de todas estas acciones contribuirá a identificar con mejores probabilidades las fortalezas de las personas dentro de la organización.