De acuerdo con el reporte de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) Panorama Laboral 2023, en este año, la dinámica del mercado de trabajo en América Latina y el Caribe se caracterizó por presentar un aumento menor al 1 por ciento en la tasa regional de ocupación.
La participación, por su parte, ha disminuido ligeramente en comparación al año anterior (62,3 por ciento, en 2023 frente a 62,5 por ciento en 2022) y, finalmente, una desocupación promedio del 6,5 por ciento.
"Mientras que el empleo urbano retornó a los valores de 2019, aún se exhibe cierto rezago en el empleo rural", aseguró Roxana Maurizio, experta en mercados de trabajo de la región y coordinadora del informe. "Ello ha contribuido a amplificar la brecha del empleo a favor del ámbito urbano existente previo a la pandemia", agregó.
Entre otros temas, el reporte advierte que, a nivel regional, la recuperación del empleo femenino continuó exhibiendo una intensidad mayor a la experimentada por el empleo masculino, sin embargo, las brechas de género son persistentes y continúan muy elevadas en América Latina y el Caribe.
Según Claudia Coenjaerts, directora regional a.i. de la OIT para América Latina y el Caribe: "La tasa de participación laboral femenina es un 23 por ciento inferior a la de los hombres, mientras que la de ocupación es un 22,5 por ciento menor. Estas disparidades son aún más pronunciadas entre distintos niveles educativos".
Esta situación da cuenta de la necesidad de promover políticas transformadoras de cuidados, que permitirían alcanzar mayor igualdad entre hombres y mujeres, al ser estas últimas quienes llevan una mayor carga de cuidados.
El informe también alerta sobre la situación del empleo juvenil: La tasa de desocupación de las personas jóvenes es de 14,4 por ciento, más del doble que la general, situada en 6,5 por ciento. Aunque algunos países de la región exhiben tasas significativamente más altas que esas, llegando a valores cercanos al 30 por ciento.
Adicionalmente, persisten dificultades históricas que experimentan las personas jóvenes en los mercados de trabajo de la región. Ellos enfrentan una mayor intermitencia laboral explicada, en parte, por las intensas entradas y salidas de la fuerza de trabajo. La mayor inestabilidad ocupacional, a su vez, se asocia a su mayor prevalencia en actividades informales, precarias y de baja calificación.
Estos desafíos, advierte el informe, pueden intensificarse con las transformaciones tecnológicas. En el actual contexto de una creciente necesidad de habilidades digitales, la formación profesional emerge como un elemento esencial para disminuir la brecha digital y de competencias entre los jóvenes. Además, juega un papel crucial al asegurar una mayor empleabilidad y acceso a empleos de calidad para este grupo.
La recuperación de los puestos de trabajo ha seguido estando traicionada por el crecimiento del empleo informal en la mayoría de los países. Las ocupaciones de tipo informal han contribuido a la creación de entre el 40 y 95 por ciento de los puestos de trabajo entre el tercer trimestre de 2020 y el segundo trimestre de 2023.
"La región necesita medidas integrales que respalden la creación de empleos formales, fortalezcan las instituciones laborales y proporcionen protección social e ingresos a quienes más lo necesitan en un mundo laboral en constante transformación", concluyó Coenjaerts.
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