Según el estudio realizado por KPMG en Costa Rica, el 60% de los participantes indicó que sus futuras prioridades son la salud mental de su personal colaborador.
Aproximadamente la mitad de las empresas participantes considera que uno de cada cuatro colaboradores trabajará de manera remota permanentemente y el 24% de los encuestados indica que la mayoría de su personal continuará laborando bajo esta modalidad en una era post Covid-19. En otras palabras, el teletrabajo llegó para quedarse. Así lo revela el informe “Gestión estratégica del talento ante la nueva realidad”, publicado por KPMG en Costa Rica, que presenta la gestión del área de recursos humanos, el cual aborda esta coyuntura que está produciendo la COVID-19 en las organizaciones.
Antes de la pandemia, el 20% de las empresas abordaron el teletrabajo como prioridad estratégica; conforme aumentaba el número de contagios, la cifra aumentó a un 80%, es decir, cuatro de cada cinco organizaciones implementaron dicha modalidad. Además, seis de cada diez entidades aseguran que contaban con una infraestructura tecnológica o alguna política que les permitía ofrecer la opción del trabajo remoto. Sin embargo, solamente una de cada cinco empresas ha establecido indicadores claves de desempeño.
Para Cristina Gutiérrez, gerente de consultoría de KPMG, la pandemia ha hecho del trabajo remoto una salida estratégica para poder avanzar. “El teletrabajo antes de la pandemia era considerado como un beneficio organizacional, ahora surge como una necesidad y forma parte de la continuidad del negocio, tanto con el fin de proteger la salud financiera de la organización como la salud integral (mental y física) de su personal”, afirmó.
Aparte de los indicadores de desempeño, las empresas están presentando el desafío de revisión y actualización de los perfiles de puesto para ver el potencial remoto de sus labores. Como un siguiente paso, las empresas deberán realizar un diagnóstico sobre las actividades de su perfil y, en la medida que aplique, deben de redefinir esas actividades para que generen un valor continuo a la organización.
Al ser el teletrabajo una modalidad laboral que se prolongará, las organizaciones deberán reajustar sus procesos y de apoyo, según sea necesario, así como los indicadores de medición del desempeño tanto individual como grupal y la gestión de equipos para tomar un enfoque más ágil. Para todo lo anterior, las herramientas digitales como inteligencia artificial, machine learning, data analytics, entre otros, jugarán un papel vital con el fin de evaluar la productividad de los equipos de trabajo.
Por último, todos estos cambios vienen acompañados de ajustes en políticas, por ejemplo: el teletrabajo o trabajo flexible, hot desking, asilamiento social, bienestar integral y finalmente en la compensación y los beneficios. “Además de los ajustes en políticas, el plan de comunicación que las acompañe determinará el impacto que tendrán en el proceso de gestión de cambio que están viviendo las organizaciones”, agregó Gutiérrez.
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