Según un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Cambridge Centre for Alternative Finance (CCAF) de la Escuela de Negocios Cambridge Judge, el ecosistema de criptoactivos en América Latina y el Caribe ha mostrado un crecimiento sustancial en los últimos años.
En 2022, más de 170 empresas de criptoactivos estaban operando en la región, de las cuales casi 100 tenían su sede o estaban constituidas en América Latina y el Caribe, de acuerdo con la página web del organismo multilateral.
El estudio Ecosistema de Criptoactivos en América Latina y el Caribe definió los criptoactivos de manera amplia, como tokens digitales (incluidos los tokens de seguridad, monedas estables, tokens de utilidad y criptomonedas) que utilizan tecnología de registro distribuido y tecnologías similares para almacenar o transferir electrónicamente la representación digital de valores o derechos, entre otros.
Según el reporte, la industria de criptoactivos creció rápidamente entre 2020 y la primera mitad de 2022. Una empresa mediana de criptoactivos duplicó sus usuarios en 2020, con una tasa de crecimiento media cercana al 50% en 2021 y la primera mitad de 2022. La participación de los usuarios en los servicios de las empresas también ha aumentado, ya que la proporción de usuarios activos y verificados por identidad ha aumentado gradualmente en los últimos años.
Brasil, Argentina y México son los países más atendidos por las empresas de criptoactivos. La mitad de las plataformas encuestadas ofrecen sus servicios en más de dos países simultáneamente. Brasil y Argentina son los países con mayor demanda de servicios, ya que una de cada tres empresas encuestadas ofrece servicios en ambos países. Las opciones más comunes para la expansión de negocios son Colombia, Chile y México.
La mayoría de los reguladores consideran que los criptoactivos son útiles, especialmente para crear un panorama de servicios financieros más inclusivo. Solo el 7% de los encuestados del sector público consideró que los criptoactivos son inútiles, y casi el 80% afirma que los criptoactivos ofrecen nuevas funciones complementarias a las soluciones financieras tradicionales.
Tanto las empresas de criptoactivos como los reguladores financieros destacaron la necesidad de marcos regulatorios más claros que permitan el desarrollo de la industria. A pesar de la disposición percibida para cooperar, la mayoría de los encuestados del sector público señaló que su nivel actual de colaboración con empresas privadas es bajo o inexistente.
“La industria de criptoactivos, que abarca más que la negociación y especulación de criptoactivos, tiene el potencial de ser un factor determinante para la inclusión financiera en América Latina y el Caribe. Al proporcionar nuevas oportunidades para la infraestructura de pagos, pagos transfronterizos, identidad digital y otros servicios, los criptoactivos podrían ayudar a llevar servicios financieros a quienes actualmente están desatendidos”, señaló Anderson Caputo, Jefe de la División de Conectividad, Mercados y Finanzas del BID.
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